Cerca de la medianoche, cuando todo está casi dormido, viene el cierre y se abre lo nuevo, otra instancia, con nuevas y viejas fragancias. Ante la inevitabilidad de lo que ya es pasado, y la magia de lo que será futuro, no queda más que abrir los sentidos. Estar atento a una nota, a un color , a un sonido, algo que corrompa la monotonía de lo conocido. De quemar estructuras, de exposición y apertura, y cuando menos se lo espere, llegará ....
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